jueves, enero 17, 2013

Il Trovator! Io fremo.


Anoche fui a ver Il Trovatore de Verdi al Nuevo Teatro Alcalá (lo que era el Alcalá Palace de toda la vida), producción privada a cargo de la Compañía Estudio Lírico.

Con este tipo de producciones privadas uno ya sabe más o menos con lo que se va a encontrar: unos decorados low cost y unas prestaciones musicales que pueden oscilar mucho. Recuerdo una Turandot más que satisfactoria en San Sebastián de los Reyes de la que ya hablé por aquí pero también una Carmen totalmente horripilante en un teatro de la Gran Vía en la que todo rechinaba: pelucas de nylon del chino, vestuario espantoso y unas voces que competían con la orquesta a ver quién entraba más veces a destiempo y lo hacía peor. Un horror.


De Estudio Lírico me habían dado buenas referencias, por el bicentenario Verdi van a programar Rigoletto, Traviata y Trovador y me animé a ir a esta última, que siempre es agradable ir a ver algo de ÓperaMaría (de repertorio), que para rarezas ya tenemos la de Disney en el Real para los próximos días. Además, parece que el Trovador se programa menos en los grandes teatros que otras obras verdianas (recordemos la última y espantosísima producción clics de Famobil style en el Liceo). De hecho, creo que he visto en mi vida más Macbeths que trovadores, fíjate.

El caso es que allá que nos fuimos. Primera impresión: el teatro me gusta: sala ovalada con el patio de butacas bastante amplio, entresuelo y dos anfiteatros. Todo muy nuevo e impecable (aprende, teatro Compac Gran Vía, joer). Más del 50% de aforo, yo diría. Bien para un miércoles. Y como arriba del todo estábamos sólo 6 personas, nos bajaron un piso más abajo, y en el primer descanso ya nos bajamos nosotros solitos a un palco de entresuelo, o sea que estupendo.


Segunda impresión: ni un programa o por lo menos un papelito informativo. Nadie sabía quién cantaba. Y vale que hay que ahorrar costes, pero un poquito de información viene bien, aunque sea el mismo folleto para las tres óperas. Sobre todo porque no es nada fácil encontrar en Internet ni fotos ni detalles de la compañía. En uno de los descansos pude ver el reparto en un papelito pegado en la puerta de entrada.

Respecto a los resultados musicales, tengo que decir que me pareció una propuesta modesta, pero muy honesta. Todo gracias a la labor de la directora musical, Elena Herrera, que llevaba la orquesta con muchísimo cuidado, atenta a los matices, pendiente siempre de los cantantes y del coro. La verdad, sonó la mar de bien, muy lejos del chis-pun chis-pun verdiano que se escucha hasta en los mejores teatros. Francamente la prestación orquestal (habría unos 30 músicos máximo, calculo) fue lo mejor de la función, y lo más calurosamente aplaudido al final. Brava la señora.

Entre los solistas hubo un poco de todo. Corrección en algunos y limitaciones en otros. Tampoco voy a entrar en detalles por el tipo de producción que es, y porque cada día el reparto es distinto. Todos estuvieron entregados y cumplieron, en especial las voces femeninas. Rebeca Jacobs empezó un con una Leonora "yo todo lo canto en forte" pero me sorprendió en el último acto aguantando como una jabata, salvando agilidades y matizando el final. Y por encima de todos destacó la voz penetrante, potente y timbrada de Inés Olabarria como Azucena. Bravissima.


Muy bien el coro masculino (algún tenor un poco desmandado) y un poquito más endeble el femenino.

En la parte negativa tenemos la dirección escénica y los decorados.
Vale que Il Trovatore es bastante estática a pesar de que ocurran muchas cosas, y que se presta a una concepción escenográfica clásica pero joder, es que se pasaba. Ya en la segunda escena me esperaba yo el clásico acercamiento de manos entre Inés y Leonora que ocurre en TODOS los trovatores que he presenciado: Las dos juntan sus manos a la altura del pecho, se acercan y luego se separan suspirando. SIEMPRE. Vale, asumido. Pero lo del estatismo total no puedo con ello: todos parados hasta que terminan de cantar y luego se ponen a hacer lo que les toca. O eso de que se vea claramente a los intérpretes estar esperando un rato en las cajas laterales antes de entrar. Por no hablar de los finales de cada escena. Arcaico total.


Los decorados ya sé que son de chichinabo porque no hay presupuesto. Pero joer, un poquito de "buen gusto" no vendría mal. Prefiero los telones pintados a las dos estructuras pintarrajeadas para que parecieran de piedra y que servían para todo. Aunque quizás, no, porque en la única escena con telón pintado al artista se le fue un poco la mano en la frondosa vegetación y pensó que a un castillo aragonés del siglo XV le pegaban muy bien unas columnas griegas. En fin.

Respecto a la fama de incomprensible del argumento de Il Trovatore, esta vez hice un experimento: llevé a mi tx sin que conociera previamente nada de nada, a ver si se enteraba de algo. Pero con él no vale, porque cuando va a la ópera se dedica a mirar cómo cantan y todos los detalles de la escena, y ni siquiera lee los sobretítulos. O sea que tendré que hacerlo con otro. Y es que la historia puede que tenga unos recovecos algo liosos, sobre todo si hay que contársela a alguien, pero lo que ocurre en escena tampoco es que sea tan complicado, ¿no?

Para los tiquismiquis, se hicieron los cortes habituales en la partitura: no se hacen las repeticiones de las cabalettas ni el Tu vedrai che amore in terra.


Resumiendo, que salimos todos bastante contentos, que nos pareció un espectáculo modesto, pero digno, decentemente cantado y con muy buena orquesta, con una relación calidad/precio más que aceptable. Ofrece lo que se espera de ello. Nosotros pagamos la entrada más barata y bajamos a las de precio más caro, pero en páginas tipo Atrápalo, VentePrivé y similares tienen ofertas de butaca de patio a los mismos precios. Recomendable si eres consciente de a qué tipo de espectáculo vas.

Ah, y llevé las entradas en el Passbook de mi iPhone.
¡Moderno que es uno!


Verdi
Il Trovatore
Compañía Estudio Lírico de Madrid
Orquesta Filarmónica Mediterránea. Elena Herrera.
Carlos Silva, Rebeca Jacobs, Inés Olabarria, Fernando Álvarez, Alfonso Boruque, Akemi Alfonso, Napoleón Domínguez, Alejandro Guillén.
 Madrid. Nuevo Teatro Alcalá. Miércoles 16 de enero de 2013.



1 comentario:

  1. Para mí es difícil porque soy un pesado perfeccionista y soy del gremio: si veo problemas musicales o burradas escénicas me enojo mucho y no disfruto (un pesado) aunque puedo reconocer calidades individuales (pesado pero no bestia).

    En Argentina, salvo los pocos teatros oficiales y un par de privados, se trabaja un poco así como lo describes; también los resultados pueden ser irregulares. Por supuesto es mejor así que no haya nada, etc.

    A mi hermano , que no es nada operístico, le he explicado la trama de "Trovatore" y se ha reído mucho con lo de la sustitución de los bebés y confundido bastante con todo. Eso y el principo de "Wozzeck"(que canta de memoria sin saber alemán: "Langsam, Wozzeck...langsam" en perfecto ritmo y entonación) es lo único que le he transmitido del género al que me dedico...pobre de mí.

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