viernes, junio 08, 2007

Explosión Cedolins

Il Trovatore, Giuseppe Verdi. Teatro Real de Madrid, 7 de junio de 2007.


Qué pena. Lo que pudo ser y no fue por la cancelación de Alagna.

Francisco Casanova imagino que puso todo su empeño, y ello es loable, pero o estaba cagao o no daba más de sí. Su actuación estuvo un par de pasos por detrás de las de sus compañeros de reparto. Y eso me cabrea, porque se supone que el tenor del cast alternativo debería ser también de alto nivel. Se le oía como cavernoso, con una extraña sonoridad. Cuando tenía que cantar con los demás... casi ni existía. Y además no se movía: siempre parado.

Espero que fueran los nervios del estreno, pero el Ah si ben mio fue mediocrito y mal fraseado, y la Pira lamentable. Ya sé que todo el Trovador no es sólo la Pira, pero está ahí y hay que cantarla y lucirse, ¿no? Curiosamente, estuvo mucho mejor en sus frases fuera de escena y en el último cuadro. Creo que volveré a verlo el día 15 (no sé), espero que mejore.

Anthony Michaels-Moore ha sido un correcto Conde de Luna, aunque no me ha emocionado en particular.

La Zajick (qué burra es, la tía) ha ofrecido su exhibición habitual de poderío y efectos que levantan el teatro. Tremenda la señora.

Pero la que se ha llevado el gato al agua ha sido Fiorenza Cedolins. Categoría, señores. No tiene un timbre especialmente bello, pero coño lo que puede hacer con la voz, si es que lo tiene todo: proyección, volumen, fiato, agilidades, agudos, graves... Qué bárbara. De quitarse el sombrero. Ah, y se canta la cabaletta de después del Miserere. Sin repetición, pero la canta.

Del resto del elenco, destacar a un Ferrando de voz interesante pero a veces inaudible y una Inés que dijo perfectamente sus cuatro frasecitas.

La orquesta, bien llevada, con ánimo y sin caer en el chunda chunda tan peligroso para los verdis. Eso sí, los metales, desajustaditos.

La producción es la misma MIERDA del año 2000 (y del dvd de Cura y Villarroel) sólo que esta vez... SIN LUZ. Las pantallas auxiliares para las butacas sin visibilidad estaban permanentemente negras. Una bazofia. Los movimientos de cantantes, inexistentes: hay que ver lo ingrato que es escénicamente el papel de Leonora como para que la pongan como una retrasada. Por no hablar de la inexistencia de movimiento en Manrico o en Azucena. Sólo el Conde de Luna parecía estar actuando aparte de cantar. De duelo de espadas aquí ni un atisbo. Como diría Manuela Trasobares, una purquería.

Gran estreno, festival de voces femeninas y puntito negro para el tenor.

Actualizo: Leo donde las rabiosillas que Francisco Casanova sufrió un ataque de asma una hora antes de la función. Si es así, ¿cómo es que cantó? ¿y cómo es que no nos pusieron la clásica locución de "el tenor se halla indispuesto pero en especial atención al teatro y al público blablablabla"?

5 comentarios:

  1. Pues vaya, uno de los puntos álgidos es la pira... Menos mal que la Zajick lo compensaría con Stride la vampa...

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  2. La Zajick se come con patatas a todo lo que se le pone por delante.

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  3. Con Casanova todo el mundo pone unas expectativas que luego no acaban de resultar. Si eso lo hubiera hecho el Cura o Alagna, hoy no se hablaría de otra cosa en la CNN+.
    La Zajick no come, devora, pero cansa. Todo lo canta igual, da lo mismo que sea Azucena, Amneris o Eboli, que mira por donde son muy distintas, pero la cosa empeora si canta de modo idéntico La Favorita o la Adalgisa de la Norma. Es un torrente aburridísimo.
    Me alegro mucho por la Cedolins, la cual admiro profundamente

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  4. Me alegro por la Cedolins, porque es una peaso soprano.
    La producción siempre me ha recordado la peli de Gary Grant, la Loren, Sinatra y Carlos Larrañaga, esa del cañón (es que no me acuerdo del título)
    Yo me iría a ver al coreano.

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  5. Me esperaba algo más o menos así. También me alegro por que Cedolins convenciera; la producción es fea de c*j*nes.

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Mira

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